lunes, 10 de febrero de 2014

Editoriales independientes, condenadas a la excelencia



El editor en jefe y fundador de Anagrama, Jorge Herralde, indicó en una reciente entrevista para La Crónica de Hoy que las editoriales independientes están "condenadas a la excelencia" pues sólo así lograrán ganar la confianza del lector.

Ante la mención del hecho de que en esta época hay más editoriales independientes que hace algunas décadas, Herralde aseguró: 

"Es un fenómeno que ha surgido en todo el mundo. Es como un movimiento general que se extiende. En general son editoriales muy bien orientadas y condenadas a la excelencia porque para distinguirse entre las muy numerosas tienen que adquirir pronto un perfil personal que inspire confianza al lector. Lo único que puedo decirles a esos jóvenes editores es que no bajen la guardia y sigan configurando un catálogo valioso e incitante para los lectores. La clave es persistir".


—¿Qué panorama observa en el mundo editorial?, pregunta el periodista cultural Juan Carlos Talavera.

A lo que Herralde responde: "El proceso de concentración editorial que empezó a finales de los 80 se ha ido recrudeciendo en el mundo anglosajón. Ahí está Penguin Random House, que es la primera potencia mundial, Planeta y luego Santillana, de la que siguen los rumores, desde hace tiempo, de que se van a desprender de una parte de sus sellos. Se dice que están en conversaciones con Penguin para vender parte de la edición de libros, no de libros de texto, pero sí de Alfaguara, Taurus y Aguilar. Llevan año y medio en negociaciones. Y si esto se produce… quedarán dos colosos monumentales: Planeta y Penguin. Luego estaremos las independientes".

“Me preguntas por el panorama y te digo algo: ya hemos sorteado muchas dificultades, desde que empezamos, con la censura de Francisco Franco. Así que creo que con un poco de cintura podremos sobrevivir”.

Tal parece que el destino de la letra impresa se debatirá entre estos dos colosos globales. Una herramienta que puede vista con nobleza, pero que resulta peligrosa de caer en manos equivocadas, situación que se replica en los medios de comunicación.

En Chiapas, editar textos literarios (hago hincapié en esta descripción, pues el verbo editar tiene un significado muy amplio) se ha vuelto una práctica que cada día tiene más oficiantes. Al menos en el centro del estado es posible registrar las actividades de sellos como Public Pervert, del poeta René Morales; Cohuiná Cartonera, de Mariana Rodríguez y Alonso Gordillo; Espantapájaros Editorial, de Luis Enrike Moscoso, y Editorial Sophia, de Antonio Reyes.

Dejo constancia de que no son las únicas, sino las que aparecen más activas (también más a la mano, dado que mi radio de acción se ubica en Tuxtla Gutiérrez) y también comparten su carácter emergente, pues sus coordinadores oscilan entre los 25 y 35 años de edad. 

Además de ellos, también existen sellos como Historia Herencia Mexicana, de Javier Rodríguez Carrera, dedicada a publicar la labor de cronistas e historiadores de lo local; así como Ediciones y Sistemas Especiales (Edysis), de Marco Antonio Orozco Zuarth, presidente de la Asociación de Cronistas de Chiapas y actual Director de Publicaciones del Coneculta-Chiapas.

Esto se contrapone a las editoriales generadas a nivel institucional. En este caso, las de mayor presencia podrían ser la del Consejo Estatal para las Culturas y las Artes de Chiapas (Coneculta-Chiapas) y la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas (Unicach). Sin embargo (y es cosa que a muchos creadores no les termina de cuadrar), estas editoriales se rigen por tiempos institucionales, además de otras cuestiones que podríamos considerar off the record, como los compadrazgos, las amistades mediadoras o los compromisos con funcionarios a los que de repente les da por darse algo que se calificaría de baño literario.

Los editores independientes son una suerte de radares de lo que se produce en las corrientes profundas de la literatura local, cuyos autores repudian en buena medida todo lo que huela a institución. 

Tomando en cuenta los respectivos contrastes, queda solo una pequeña duda: ¿qué es una editorial independiente? Diego Rabasa, en el artículo Radiografía de las editoriales independientes, asegura: 

"La definición sería sencilla si no fuera porque los editores llevan años discutiendo en diversos foros una y otra vez el mismo asunto: ¿Qué le otorga a un proyecto editorial el carácter indie? En términos generales (habrá algunos exquisitos que discrepen) una editorial independiente es aquella que a) no pertenece a ningún gran grupo editorial (nacional o trasnacional) y b) tiene una vocación que es más literaria que estrictamente comercial (lo cual no quiere decir que a TODOS los editores les guste y les interese vender la mayor cantidad de libros posibles)."

El artículo de Rabasa es, sin afán de entregar un elogio fácil, un texto de cabecera para nuestros editores independientes en Chiapas. Editar textos literarios en Chiapas bien parece una locura. Sin embargo, considero que la mejor manera de establecer un vínculo con estos y otros creadores de arte (porque en eso consiste elaborar libros, no sé si lo sabían), es posibilitando la profesionalización de estos actores para ofrecer lo que en principio comenta Herralde: herramientas del conocimiento que se ganen la confianza del lector.

Porque si bien la relación entre autor y editor está más que limada, el actor que suele quedar fuera de la fiesta es, quizá el más importante de la cadena: el lector. Y si está triada (así como la Padre, Hijo y Espíritu Santo), no está completa, la barca de los locos (por mucho esfuerzo que haya costado construirla) terminará por encaminarse a la deriva.

1 comentario:

  1. Si Barthes, Eco y Foucault mataron al autor falta alguien que asesine a todos los editores independientes.

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