miércoles, 18 de septiembre de 2013

Carreteras, territorio de nadie

***Cientos de automovilistas y pasajeros quedaron varados durante 
más de siete horas en el tramo previo a la entrada de Puente Chiapas.

***En el convoy habían miembros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE); se sugirió que el tapón de tierra fue provocado para impedir el paso y que llegaran al DF.

***

El pasado 10 de septiembre me trasladé a la Ciudad de México para realizar una serie de trámites urgentes. Debía estar el jueves 12 y por ello decidí llegar con un día de anticipación.

La unidad 2500 de la compañía Omnibús Cristóbal Colón (OCC), marcaba su salida a las 9:25 de la noche. Sin embargo, la intensa lluvia no permitió que la salida fuera puntual. El camión venía de San Cristóbal de las Casas. Llegó finalmente a las 10:35 de la noche. Después de los trámites de rutina, salí de Tuxtla Gutiérrez a las 11 de la noche.

Cientos de personas, desesperadas, bajaron de sus coches
a observar qué era lo que sucedía.
Tras dos horas de recorrido aproximado, el camión se detuvo sin razón aparente. Todos dentro del camión creímos que había sucedido un accidente y que retomaríamos el camino en pocos minutos. Pero no. Quedamos varados y el chofer nunca nos explicó nada. Se limitó a bajar para ver qué sucedía.

 Volvió minutos después. De su bolsillo sacó un pañuelo y se secó el sudor que escurría de su frente, visiblemente nervioso.

-¿Qué pasó jefe?, preguntó uno de los pasajeros, quien sin pensarlo mucho se acercó para saber qué sucedía.
-Ya nos quedamos trabados -dijo-, vale madre, ya nos chingaron.
-¿Cómo que nos chingaron? ¿Qué fue lo que pasó?
-Hay un madrazo de tierra que no nos va a dejar pasar; está bien cabrón.

En medio de la nada
Nadie decía nada ni quería aventurarse a bajar para ver qué pasaba. Pero poco a poco la curiosidad y la desesperación vencieron a más de uno. Por voluntad propia, quien quisiera (bajo su propio riesgo, claro) podía ir a ver qué era lo que pasaba. Y así, atravesando un tramo de más de 500 metros en total oscuridad, llegué hasta donde todo sucedía.
Imagen del alud de tierra que "taponeó" la carretera.
En las laderas cantaban grillos y sapos. Algunas personas portaban lámparas pequeñas que permitían abrirse paso ante la espesa oscuridad que imperaba. 

Un alud de varias toneladas de tierra "taponeaba" la carretera. Estábamos a escasos metros de llegar al tramo inicial de Puente Chiapas. Nadie sabía por qué, pero la tierra estaba ahí, justo ahí antes de que pasáramos.
A lo largo de los 500 metros habían camiones de carga y de ganado, automóviles particulares, buses con pasajeros y camiones en los que se trasladaban maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE). ¿Cómo un alud de estas dimensiones había caído en este tramo estratégico de la carretera? 
Reconstrucción de los hechos
Nadie comprendía cómo, pero con apoyo de varios testigos, esta es la versión más resumida de los hechos:
La primera versión (quizá la más lógica) apuntaba a un deslave de tierra causado por las lluvias. Sin embargo, las condiciones de aquella noche no indicaban que esto fuera así, pues si bien había una remarcada humedad en el ambiente, no había indicios de una lluvia torrencial que permitiera este suceso.

La segunda versión (la más aceptada y que se manejó durante el resto de la noche), fue la de "Juan N", un taxista de la zona que se disponía a cruzar el Puente Chiapas poco después de las 12 de la noche. Antes de llegar a este sitio, un agente federal de caminos lo detuvo, aludiendo a que no podía pasar hasta recibir indicaciones.

No pasó mucho tiempo para recibir instrucciones, y el federal arrancó a toda velocidad. Segundos después, en fila pasaron de seis a ocho camiones de volteo (de los de 14 metros, los más pesados, según varios testigos) y una retroextracavadora. ¿Qué habrá pasado? Se preguntó Juan N al subir a su coche y arrancar. Afortunadamente Juan no había subido mucho la velocidad; impactó directamente en el alud de tierra.

Nadie supo con exactitud cuántos metros abarcaba el tapón de lodo. Su espesor, de varias toneladas, impedía el paso por completo. La unidad de taxi de Juan N, marcada con el número económico 006 del sitio Grijalva, con sede en el municipio de Raudales Malpaso, se incrustó directamente en el alud, sufriendo daños severos.
La parte delantera de la unidad se destruyó por completo. Asimismo, el parabrisas sufrió diversas fracturas sin llegar a estallar. Para fortuna de Juan y de sus pasajeros, todos salieron ilesos a pesar del severo impacto.

Cayó la noche
La noche apenas comenzaba. Eran las 2:15 de la madrugada cuando se llegó a la conclusión de que el tapón de lodo tenía un espesor imposible de evadir, y que llevaría el resto de la noche para poder excavar lo suficiente para poder continuar con el camino.

"Así como van las cosas, vamos a poder pasar como a las 5 de la mañana", dijo nuestro chofer. La mayoría mostró su descontento por lo dicho, pero era una realidad. No saldríamos de ahí sino con ayuda de maquinaria pesada.

La desesperación llevó a las personas que estaban cerca del percance, a obligar al conductor de una grúa para vehículos a que utilizara su unidad para sacar la tierra poco a poco. Desde el principio el chofer se negó rotundamente, pero los ahí presentes hicieron que, a punta de gritos, jalones y estirones (al calor de la discusión se pensó en lincharlo), el hombre accediera. 

Se estableció un cerco, con apoyo de voluntarios.
Así comenzaron los trabajos en los que alrededor de 20 personas cooperaron para intentar la proeza. Pero a pesar de todos los intentos, era imposible lograrlo. El tapón lucía impenetrable.

Posibles causas
¿Cómo un alud de estas dimensiones había caído en este tramo estratégico de la carretera? Como ya mencionamos líneas arriba, en el convoy que se formó por el tapón de tierra, y que dejó varados a decenas de unidades esperando continuar con el recorrido, habían varios camiones que transportaban a maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE). 

"Qué casualidad, vienen aquí estos cuates y nos cierran el paso a todos, pinches federales cabrones", aseguró uno de los afectados por el derrumbe.

Se decía incluso que una persona grabó el momento en el que la retroexcavadora desgajaba una de las laderas para realizar tamaña fechoría. Pero fue imposible dar con la persona. La presencia de maestros de la CNTE era cierta, puesto que varias personas que se identificaron como tal estaban en los esfuerzos por abrir el paso.

La versión sobre la causa del deslave, fue que los maestros se trasladaban para unirse a las protestas por la Reforma Educativa que se llevaban a cabo en la Ciudad de México, así como contribuir al plantón que hacía varios días diezmaba el Zócalo capitalino.

Poco después de las cuatro de la mañana comenzó a lloviznar. De pronto era imposible transitar por el sitio sin terminar enlodado. Y deshacer el tapón era una camisa de once varas. La llovizna se mantuvo constante hasta las seis de la mañana.

Los teléfonos celulares no lograban captar la señal, ni había forma de comunicarse con nadie. El chofer de nuestra unidad argumentó que no contaba con un radiocomunicador para poder pedir auxilio. En este sentido, era imposible pedir ayudar de la Policía Federal de Caminos pues o bien con contaban con equipo, también se ponía de pretexto el hecho que fueron los mismos federales quienes causaron el percance.

"Para qué le damos vueltas, esta madre es por política", dijo con resignación Pedro, uno de los pasajeros, quien se trasladaba al Distrito Federal para llevar a su mamá para ser intervenida quirúrgicamente en el Centro Médico Nacional Siglo XXI del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

Fue cerca de las 6:30 de la mañana cuando dos camiones de volteo, de los mismos de 14 metros, pasaron a toda velocidad para ayudar a los voluntarios que no descansaron durante toda la noche para poder destapar la carretera. Tras los camiones venía una retroexcavadora de poco tonelaje para culminar los trabajos.

Gracias a su "apoyo", siete horas después logramos emprender el camino, para arribar a la Ciudad de México 12 horas después, a las 7 de la noche. 

"Ya le dije, las carreteras son territorio de nadie", puntualizó Pedro, "si los federales, el gobierno pues, que se supone es quien debe ayudarnos, nos dejaron aquí trabados y les valió madre lo que pasamos, nuestras urgencias personales y todo, imagínate. Estamos solos y jodidos".

1 comentario:

  1. Supongo: cuando alguien se siente con menos estrategia en el tablero tiene la oportunidad de querer intimidar a su oponente con un "Y tú quien te crees". Yo no apuesto, aprendo de quien juega: hace.

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